“No somos seres espirituales, pero a veces, solo el corazón, el alma o el espíritu con el que afrontamos nuestro caminar, nos dan las fuerzas imprescindibles para poder sobrellevar la vida”.
25 de noviembre de 2025
El 6 de febrero de 1952 fue proclamada Isabel II, reina de Inglaterra a los 25 años, tras la muerte de su padre, Jorge VI; la noticia apareció en todos los periódicos de España, y durante esos días fue el tema de conversación más importante.
Todo el mundo pensaba que aquí iba a ocurrir antes o después, pero en ese momento nuestro futuro rey, Juan Carlos, solo tenía 14 años y estaba en formación aún. Tuvo que esperar hasta el 22 de noviembre de 1975, tras la muerte de Franco, 2 días antes, y en virtud de la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado de 1947, que permitió al dictador designar a su sucesor.
Este año se constituyó la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, con un tratado firmado por Alemania Occidental, Francia, Italia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo. Fue el primer paso que conduciría a la primera Comunidad Económica Europea en 1957 formada por los 6 y donde España ni estaba ni se la esperaba hasta que no hubiera un cambio de régimen no autoritario y regulado por elecciones.
Durante este año se suprimió el servicio de pasajeros del ferrocarril Ceuta – Tetuán inaugurado en 1918, más de la mitad de sus 235 empleados fueron trasladados a la península.
Ya se vislumbraban en los protectorados norteafricanos tensiones nacionalistas relevantes que irremediablemente conducirían a la independencia marroquí.
Los negocios de nuestro padre seguían prosperando en Tetuán. Le iba muy bien, tenía 2 vehículos de segunda mano, un Chevrolet y un Mercedes. Y para el trabajo en el monte compró un Land Rover nuevo en Gibraltar.
Lo estuvo conduciendo nuestro tío Roque. El comentaba que solo había otro igual en Tetuán, en la Alta Comisaría.

En la foto, fechada el 20 de febrero, con su hermano mayor Alfonso, que siempre le acompañó y protegió. Le tenía un respeto enorme por todo lo que consiguió.


En la foto, Antonio Gutiérrez, un primo de nuestro padre natural de Cortes de la Frontera, nuestro padre y su hermano Roque.

Durante este año, Ángel Ramos, hijo de una viuda amiga de Don José que tenía un bar en la gasolinera de Tetuán, y que editaba la revista “Corazón” (nuestro padre no estaba muy seguro del nombre), le propuso (eso decía él), ser el director de la revista, para lo que la financió con 10.000 pesetas. Comentaba que la cosa fue aumentando hasta que llegó la independencia, que por falta de dinero se terminó de publicar.
En la Semana Santa, a primeros de abril, decidieron ir a Madrid los 4 en coche para ver a la familia. Allí Jose Miguel y Mari Carmen visitaron la iglesia con sus primas Marisa y Paquita, que ya daba sus pasitos, acompañados de sus tíos. Estuvieron en su casa de la calle Eugenio Pérez.

Nuestro tío Miguel se llevó esos días a José Miguel a pescar al Manzanares, era un pescador excepcional.
Tenía un carnet de pescador y todos los años tenía que renovar el permiso, solo le dejaban pescar con caña y en el margen izquierdo del río, y circular hasta los 3 metros del agua.

En estos días, nuestra madre invitó a nuestra abuela a que visitara Tetuán, ella le dijo que era muy vieja para esos viajes, pero medio la convencieron para que fuera con Miguel, que ya tenía 25 años y era muy avispado para todo. No quedó muy convencida, pero dejó caer un «me lo pensaré».

A la vuelta, pasaron por Ubrique para ver a María Fernández Bazán y a su marido Ildefonso Marchán, ya que habían tenido una niña, nuestra prima Ana, que nació el 3 de abril.
En la foto, nuestro tío Alfonso, en Tetuán, en abril.
A primeros de junio, nuestra madre recibió una carta de su madre, en ella le enviaba la foto de la primera comunión de Marisol, la hija de nuestra tía abuela Luisa, su prima. De mayor se convertiría en una gran amiga de su prima Mari Carmen, nuestra hermana.

En la península, en 1952 persistía la hambruna, las cartillas de racionamiento dejaron de utilizarse oficialmente el 1 de junio de 1952. Había estado vigente desde 1939. Durante esos años los españoles dependieron de ellas para acceder a productos como pan, carne, aceite o azúcar. Este sistema había sido acompañado en todo este tiempo, por un mercado negro conocido como estraperlo, que floreció, potenciado por personas relevantes del régimen, ante la insuficiencia de los productos racionados.
Los que ahora realzan la figura de Franco, deberían profundizar no solo en la sangría de la guerra y la postguerra, sino en esa cantidad de años de miseria penuria y hambruna.
El fin del racionamiento marcó un cambio en la política económica del franquismo, que empezaba a abandonar la autarquía y abrirse tímidamente al exterior. Seguían faltando muchos productos básicos, se echaba la culpa a las sequias, inundaciones e inclemencias del tiempo, pero lo cierto es que no se permitía que vinieran productos de otros países, y aunque durante este año se abrieron ligeramente las fronteras, la escasez era muy grande, ello generó graves tensiones económicas y sociales.
Esta leve y pausada apertura permitiría poco a poco ir recuperando el nivel de vida de 1935. Lo que no se rebajó aún, era la desconfianza que tenían todos los países y las organizaciones internacionales sobre las libertades existentes en nuestro gobierno sobre las libertades de la ciudadanía, tanto en cuanto al pensamiento como a la religión y a la expresión.
El 15 de julio terminó nuestra madre el periodo de tiempo acordado de seglar iniciado el 4 de octubre anterior, por ello le entregaron una Carta de admisión en la Venerable Orden Tercera de San Francisco. Ella había optado por seguir una espiritualidad del franciscano seglar, que se basa en la vivencia según la forma del Evangelio, siguiendo las huellas de Cristo pobre y crucificado, y con la participación en la Iglesia y la Fraternidad.

No obstante, siguió llevando el hábito algo más de tiempo, ya que, en el viaje a Madrid, había prescindido de él.
Mientras tanto, nuestro padre, probando nuevos negocios, montó una pequeña empresa para fabricar pimentón y otras especies.
Al tío Roque le tocó moler los pimientos secos para conseguir ese oro rojo, el pimentón; llegaba a casa a la hora de comer con el mono, el pelo y la cara encarnada del pimentón, protestando enérgicamente por lo sucio del trabajo.

El negocio no duró mucho tiempo, tan solo unos 6 meses, hasta que se hartó nuestro tío.
Al tío Roque lo contrataron en una película que se rodó en Larache, para llevar a personas con el Land Rover de Pepe. En esa película los papeles principales los tenían Ava Garner y Richard Burton, no conseguimos recordar qué película era.

En 1953, se firmaron los 2 primeros grandes acuerdos para, como se decía en la época, salvar a España.
Por un lado, se firma el concordato entre el Estado español y la Santa Sede en el Vaticano. Sustituía al de 1851. El autodenominado “Generalísimo” Franco tenía como objetivo lograr su reconocimiento internacional como «Estado católico», pensarían que eso daría confianza y credibilidad al Régimen, su contenido evidenció un sistema muy distinto al liberal de otros países.
En él, se otorgó a la Iglesia católica un extraordinario conjunto de privilegios:
- Matrimonios canónicos obligatorios para todos los ciudadanos.
- Exenciones fiscales para los bienes y actividades eclesiásticas.
- Subvenciones para la construcción de nuevos edificios de la iglesia y mantenimiento de su patrimonio.
- Participación por parte de la iglesia en las estructuras ideológicas de censura de los materiales bibliográficos, musicales, cinematográficos.
- El derecho a constituir universidades.
- El derecho a operar emisoras de radio y publicar periódicos y revistas.
- La protección contra la intrusión policial sobre propiedades de la Iglesia.
- La exención del servicio militar para el clero.
- Otorgaba, además, el monopolio católico sobre la enseñanza religiosa en las instituciones públicas educativas (los niños de otras religiones podían estar exentos, pero no se contemplaba la situación de ateos, agnósticos ni apóstatas, cuya mera existencia no se reconocía);
- Igualmente se otorgaba este monopolio en el culto público.
Esto justifica el gran número de colegios privados católicos existentes actualmente en España, tanto concertados como privados.
De parte de todo esto se libró el Protectorado español de Marruecos, donde se permitían otras religiones. Allí, nuestra familia podía convivir con hebreos, musulmanes e hindúes, y se respetaban todos los calendarios y fiestas particulares de cada una. Ello permitía y enriquecía las relaciones multiculturales.
Por otro lado, se firmaron los llamados Pactos de Madrid entre Estados Unidos y España, en los que acuerdan que se instalarían en nuestro territorio 5 bases militares estadounidenses a cambio de ayuda económica y militar.
Esta ayuda económica, como señalaba el régimen, no eran otra cosa que préstamos e inversiones estimadas en 1.500 millones de dólares, la parte más relevante se la llevaba el área militar, donde se incluían tanto partidas dedicadas al equipamiento de infraestructura para las bases militares, como otras previstas para reconstruir jeeps y material militar usado, traídos de la recién acabada Guerra de Corea.
El resto de la ayuda se centró en el envío de artículos de primera necesidad, alimentos que España necesitaba con urgencia. La ayuda comenzó a llegar dos años después y no finalizaría hasta 1968.
La parte correspondiente a la nutrición de los más necesitados fue «estimada» en unos 130 millones de dólares y lo componían los alimentos recogidos y donados por organizaciones católicas estadounidenses, fundamentalmente leche en polvo, mantequilla y queso, que eran repartidos en los colegios, con la mediación de Cáritas y en algunas tiendas de comestibles.
El objetivo de la campaña de ayuda no era dar de comer, sino complementar la dieta, por lo que los alimentos se facilitaban gratuitamente en cantidades pequeñas.
La población infantil de España estaba en una situación de elevada desnutrición, la tasa de mortalidad infantil era superior a 140 niños por mil. Las principales causas de esta mortalidad eran las diarreas, la viruela o la difteria. El consumo medio de leche por persona era de un litro por cada diez días. De ahí que la elección de la mantequilla, la leche en polvo y el queso, productos que no podía adquirir gran parte de la población.
F. Éstos dos ejemplos de ese momento, nos ilustran sobre la conveniencia o no de volver a esa época, para mí la respuesta es un claro y categórico «NO».
En el Protectorado, los movimientos independentistas empezaron a realizar acciones legales reclamando, entre otros aspectos, la concesión de las explotaciones en los montes, sobre la que decían tener derechos.
En el caso de nuestro padre, fue el Hach Mohamed Ben Sid Mojtar Ben Sidi el Hack Baraca, natural de Tardán, en Beni Arós (Bni Arouss), el que presentó varias veces los documentos reclamando las tierras. Las autoridades de la Delegación de Comercio las echaron atrás, señalando que los documentos eran falsos y que no le correspondía la titularidad. Pero lo cierto es que el trabajo en los montes se fue muy poco a poco dificultando.
En la foto, los amigos de nuestros padres, Coral Rojano y su marido José Domínguez Marín, él se dedicaba a hacer cuadros, junto a sus hijos: Luisa y Pepito, en el día de su primera comunión.
Este niño, ya de mayor, trabajaba como guardia civil, y murió en un atentado con coche bomba de ETA en Madrid, el 25 de abril de 1986, junto a otros 4 compañeros que iban a realizar su servicio a la Dirección General de Chamberí.

El ataque ocurrió en la intersección de la calle Juan Bravo con Príncipe de Vergara, resultaron heridos otros 4 agentes. El coche bomba lo habían cargado con 20 kilos de Goma 2, amonal y 48 kilos de metralla (principalmente tornillos). Él iba en un Land Rover que se detuvo en el semáforo.
Fue un gran dolor para toda su familia y para la nuestra. Y todo por los graves errores que cometen muchas personas al defender con agresividad sus ideas e intereses, no son conscientes de las heridas que dejan en la sociedad.

Nuestra tía Luisa hizo saber en una carta a nuestra familia que el 12 de mayo nació en el Pardo Miguel Ángel, su tercer hijo, el mismo día del año en que su madre nació y también se casó.
En la misma le envió una foto de Marisa y Paquita.
En la siguiente foto en la azotea de nuestro piso, de pie, Pilar y la señora Presenta junto a nuestra madre y Loli Marchante; sentadas, Mari Carmen, Mercedes y Jose Miguel, los chicos presumiendo con sus juguetes, traídos por los reyes magos.

Nuestra madre, que seguía vestida con los hábitos seglares que había elegido ponerse, con su cordón en la cintura y el pelo muy largo. Se ve como una mujer enorme, en cuerpo y corazón.
Nuestra abuela Paula cumplía sus años el 10 de julio, y ese año fueron 60 los que cumplió, tenía ganas de ver a su hija y a sus nietos lejanos y decidieron ella y nuestro tío Miguel celebrar el cumpleaños en África; compraron sus billetes de tren y hacia abajo se fueron.
Ante la llegada de nuestra abuela, nuestra madre decidió un cambio de look enorme en muy pocos días. Se quitó el hábito y se cortó el pelo.
En la foto junto a nuestrosa hermanos Mari Carmen y José Miguel, mostrando el vestir sencillo y funcional de la época.

En Algeciras, nuestra abuela y su hijo Miguel, cogieron el Victoria, que los dejó en Ceuta, donde estaban nuestros padres con su Mercedes para recogerles. Subieron sus maletas, y pronto llegaron a Tetuán, donde Paula vio como sus nietos la abrazaban con emoción, tenían pasión por ella.
Allí conoció al momento a la mujer de la que tanto le hablaba su hija, la señora Presenta, a la que agradeció la ayuda que le daba a su hija en los momentos de enfermedad.
Esta, sin pensárselo dos veces, la convenció para subir a la azotea de la casa, para que viera las maravillosas vistas de la ciudad y el Monte Dersa.

Aprovecharon para ver los alrededores en coche, parándose en lugares seleccionados por nuestra madre y hacerse fotos.


También se acercaron a Río Martín (Martil). Y la abuela acabó dentro de las aguas del Mediterráneo con su nieta, remangándose la falda para no mojarse la ropa. Un pequeño bautizo en las aguas de la costa africana.

En los días siguientes, nuestra madre haría con Paula un recorrido por la iglesias de San Antonio de Padua, la del barrio y le presentaría al párroco, también la llevaría a ver la iglesia de Nuestra Señora de las Victorias en la plaza de Primo de Rivera, hoy Muley el Mehdi, hicieron un recorrido por los zocos tradicionales, donde compraron algunos regalos para la familia, también fueron al mercado Central, donde compraron los alimentos para comer esos días, nuestra abuela estaba encantada con el paseo, aunque la pierna le recordaba continuamente que no estaba para muchos trotes.
Al atardecer, todos se fueron a una terraza a comer pinchitos morunos, terminaron tomándose un té a la menta y unas riquísimas pastas marroquíes.
Nuestro tío Miguel fue con nuestro padre a los montes de Larache para visitar las concesiones, allí hizo migas con trabajadores y vecinos, y como era muy chistoso y le gustaba disfrazarse, le dio por hacerse fotos vestido de árabe.

Miguel, conoció allí a 2 de los hermanos de su cuñado, a alguno de sus primos de Jimena y Cortes de la Frontera, mientras “Don José”, le contaría que en los montes llegarían a trabajar con el corcho, la madera y el carbón, en la campaña de verano unos 500 obreros. También le detallaría las cacerías que allí también hacían, ya que a nuestro tío le encantaba ir por el monte del Pardo tanto a pescar como a coger conejos.
Fue también a ver la parcela donde almacenaba el género recopilado.

Dos ayudantes de los camiones, revisando el motor de uno de ellos. El de la derecha es Omar Ben Mohamed Ketama, de Melilla.
Paula y Miguel disfrutaron enormemente de su estancia en Tetuán, la pena fue el momento de la partida, otra vez alejándose. Hicieron propósitos de verse pronto y partieron en el Victoria rumbo al Pardo.
“Un viaje de Europa a África, estimula nuestra fantasía, fomenta nuestra curiosidad y nos hace ver cuánto compartimos todos; si es para ver a la familia, además te emociona; y si es por tu 60 cumpleaños, te recompensa”.

En esta foto, de vinos después del trabajo, un día que habría algo que celebrar.
En el nuevo curso escolar Jose Miguel, con 8 años, estuvo en un nuevo colegio, en el Grupo Escolar Misión Católica, donde trabajaba Loli Marchante. No paraba de aburrirse en las clases y su inventiva para realizar actividades que no gustaban a sus profesores era alta, por lo que aconsejaron su traslado. Mientras tanto, Mari Carmen continuaba sus estudios en el colegio de las Monjas.
A veces con todas sus amistades, nuestro padre organizaba una cacería por Chauen, donde cazaban perdices. En la foto, abajo a la derecha Roque, junto a Paco el Practicante. Detrás de él, último a la derecha, El zapatero, suegro de Antonio Sepúlveda, el chófer.

Durante estos 2 últimos años, la hambruna había empezado a bajar, el país había recuperado parte del nivel de vida existente en 1935, lo que nos situaba a 20 años del resto de los demás países europeos, que tras la guerra mundial aceleraron su recuperación.
Aquí se había lanzado el conocido como Plan Badajoz, destinado a modernizar la provincia de Badajoz mediante obras hidráulicas para mejorar los regadíos, electrificación, colonización y creación de nuevos pueblos de colonización agraria: Valdecalzada, Pueblonuevo del Guadiana, Guadiana del Caudillo, Novelda del Guadiana o Sagrajas, … Su ejecución se fue alargando hasta los primeros años de la transición.
En estos años 50 y hasta los 70, se produjeron en España 2 grandes movimientos migratorios, por un lado, gran parte de la población sin posibilidades ni oportunidades en una agricultura insostenible y muy pobre, sobre todo de Andalucía, Extremadura, La Mancha y Galicia, se fueron desplazando a las grandes ciudades: Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia; todos ellos buscaban nuevas oportunidades.
F. Es curioso, cuando en estos tiempos he visto las manifestaciones de los agricultores, mostrando lo mal que están y echando una mirada a lo bien que se hacía en la época franquista, siento que muestran un enorme desconocimiento de la pobreza rural que se generó en ese periodo de nuestro pasado.
Este proceso transformó radicalmente el paisaje de estas ciudades, con un crecimiento acelerado y por tanto, descontrolado de barrios periféricos.
En Tetuán el ámbito rural se explotaba a tope, no obstante, los sueldos y los precios eran muy bajos, y eran muchos los que buscaban oportunidades en las ciudades.
También se producía otra curiosidad, tanto en Tetuán, como en otras ciudades del norte de África, se produjeron ciertos movimientos dispersos y voluntarios de intelectuales y profesionales que se veían en peligro en una península donde la censura y la represión era muy cruel ante la petición de cambios sociales y la diversidad, que se desplazaron a la región, incluyendo nuestra «Paloma Blanca».
En Tetuán, Tánger, Rabat o Casablanca, entre otras se habían asentado comunidades españolas en en espacios más cosmopolitas, con un ambiente político más tolerante, donde podían liberarse en gran medida de la represión franquista, encontrar trabajo en la construcción, comercio, transporte o en la educación y vivir con un poquito más de libertad, aprovechando además las posibilidades que ofrecía la multiculturalidad enriquecedora.
Encontraron estabilidad en ese entorno donde se fueron organizando asociaciones culturales y políticas, y aunque fue considerado un exilio menor, tuvo gran relevancia para quienes así lo vivieron.
Los productos de su trabajo dejaron una enorme huella en la vida cotidiana Tetuán.


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