Francisco Manuel Fernández Merino, 13 de enero de 2025 – Sevilla

La siguiente efeméride de la que quiero hablar es un nacimiento que se traslada a una distancia de 410 años, a la segunda década del siglo XVII. Se ubica en una pequeña localidad, Fuencarral, a poco más de una legua de los grandes palacios que los reyes tuvieron en El Real Sitio de El Pardo.
En su origen, este lugar tenía una fuente donde se dice que paraban los carreteros para que el ganado abrevase, de ahí señalan algunos que pudo venirle el nombre. En su entorno vivía una gran parte de nuestra familia, muchos trabajando en el campo cultivando distintos cereales, otros recogiendo leña, otros trabajando en distintos oficios y algunos que trabajaron en cercanía de los reyes con el oficio de monteros.
Tal día como hoy, un 13 de enero de 1614, nació en Fuencarral, Francisco de Asenjo Ballestero, que debería ser, si los datos que he recogido son correctos, mi nonabuelo, o sea el onceavo abuelo de mis nietos y sobrino-nietos, para los que escribo esta historia.
El apellido Asenjo parece que nació a partir de apodos puestos a personas que recogían y vendían ajenjo o sus elaboraciones (planta medicinal amarga, con la que se hacía una bebida alcohólica). El apellido Ballestero, como supondréis, era el apodo que se colocaba a los soldados que manejaban ballestas o a los que las fabricaran o vendieran, esto da dos pistas sobre los oficios de las primeras personas de esta familia.
Francisco era hijo de Miguel de Asenjo, que había nacido en Chamartin (Madrid) y de María Ballestero, natural de Fuencarral, ambos habían nacido en torno a 1590, fueron mis decabuelos. Por esta época, en el pueblo habría unos 350 vecinos que ocupaban unas 300 casas. Mayormente trabajaban en el campo cultivando cereales: trigo, cebada y centeno. Aunque también recogían y vendían leña de la dehesa. La caza era abundante en su entorno.
Miguel y María vivieron entre 1609 y 13 la conocida expulsión de los moriscos de España. Primero los del Reino de Valencia, les siguieron los de la Corona de Castilla y los de la Corona de Aragón. Los últimos fueron los del reino de Murcia. En total unas 350.000 personas (España contaba con unos 8 millones y medio de habitantes. El reino de Valencia perdió 1/3 de su población. La mayoría acabaron en el norte de áfrica, muchos de ellos en la ciudad de Tetuán donde yo nací.
Francisco de Asenjo se casó en 1637, en la Iglesia de San Miguel arcángel (construida a mediados del siglo XVI), con Ana Serrano Carramolino, mi nonabuela, que nació en diciembre de 1612 también en Fuencarral. Tuvieron, que yo sepa hasta ahora 2 hijas, Clara e Isabel.
El apellido Serrano proviene del apodo que se asignaba a las personas que vivían en la sierra o nacían en ella. El apellido Carramolino se asociaba a los carpinteros que fabricaban carros de madera.
Por esta época, reinaba Felipe III en España y Portugal. Bajo su reinado incorporó algunos territorios del norte de África y de Italia y alcanzó su máxima expansión territorial. En 1621 le sustituiría Felipe IV. Ambos eran amantes de la cacería del jabalí en los montes de El Pardo.
Fueron años duros en Fuencarral, el mayor de los problemas que tenían era la falta de agua, tanto para los vecinos como para sus ganados. Esto influía en sus cosechas, en la higiene y el lavado de ropa, que exigía largos desplazamientos, y facilitaba la propagación en los periodos de epidemias.
Su hija Isabel de Asenjo Serrano nació en Fuencarral en 1645 y murió en 1700, al igual que el rey Carlos II. Se casó en 1672 con Pedro Montero Pérez (1651 -). Serían mis octabuelos.
Uno de sus hijos, Juan Montero de Asenjo (1685-) se casó con Juana Gallego González (1694-) en 1711. Serían mis heptabuelos. Vivieron en la época de Felipe V y de Luis I, el breve.
Su hijo Ángel Custodio Montero Gallego (1733) se casó en 1754 con Estefanía Bárbara Muñoz García (1730). Son mis hexabuelos.
Vivieron en su juventud la época de Fernando VI, en la que fue relevante el marqués de Ensenada, que aprueba la realización de un catastro e impulsa el comercio con las colonias de América, intentando acabar con el monopolio de Las Indias y la corrupción del comercio colonial. Elimina las aduanas interiores aún existentes entre los reinos de la península y se liberaliza el comercio interior. En ese catastro se contabilizan 450 vecinos en Fuencarral.
En esa época en esos terrenos se dan bien nuevos productos como la avena, los guisantes, garbanzos y algarrobas, así como los nabos y la vid. Sus viñas fueron famosas por el exquisito vino moscatel, lo vendían en Madrid.
Le sigue en este hilo Blas Aniceto Montero Muñoz (1766-1810), que se casó con María Pilara Montero López (1773-1816), mis pentabuelos. Reinaron por entonces Carlos III y Carlos IV. Ellos vivieron y supongo que sufrieron en Madrid el levantamiento del 2 de mayo de 1808 contra los franceses.
Continúa la familia con Santiago Montero Montero (1801), que se casa con Hilaria Magano Herranz (1812). Los tetrabuelos. Era la época de Fernando VII. Sufrieron junto a sus padres en su niñez la Guerra de la Independencia, donde reinó José I. También compartieron tiempos con la reina Isabel II.
Al que sigue Luis Montero Magano (1850-1915), que se casa en 1878 con Ángela del Hoyo López, de Alcobendas (1858-1914), mis triabuelos. Vivieron en parte del reinado de Isabel II, la Revolución de 1868, Amadeo I, la Primera República, Alfonso XII y Alfonso XIII.
Detrás llega Elena Montero del Hoyo de Fuencarral (1875-1938), que se empareja en 1896 con Manuel Merino Díaz (1865-1909), natural de Olías del Rey. Viven en el Distrito de la Latina en Madrid, en la plaza de la Cebada, 10, donde tenía una cacharrería y en la calle Toledo, 121. Sus bisabuelos.
Continua este hilo Miguel Sebastián Merino Montero (1897-1936), nacido en la plaza de la Cebada, que se casó en 1915 con Paula Gutiérrez López, nacida en el Real Sitio de El Pardo (1893-1980), donde vivieron hasta que Miguel volvió de la mili y se fueron a vivir a la calle Virgen de Valverde de Fuencarral. Mis abuelos.
A partir de aquí, mi tía abuela Luisa Merino Montero construye su hilo con Justo Montes Fernández.
Vivieron con el reinado de Alfonso XIII y la instauración de la II República. Todo lo sucedido en la guerra civil machacó a la familia, se llevó por delante a Miguel y dejó muy afectada a mi abuela Paula, que no obstante llegó a vivir los primeros años de nuestra actual democracia.
A pesar de la epidemia de gripe de 1918, que se llevó por delante a mucha gente, entre ellas la madre de mi padre, el hilo lo continúa Carmen Merino Gutiérrez (1921-2005), mi madre, que nació en Fuencarral. Se casó en 1943 con José Fernández Gutiérrez (1917-2003), mi padre, que llegó al Pardo tras la guerra, para entrar en la Guardia en la casa Militar. Y allí vivieron con Paula, la estanquera de el Pardo, hasta que en 1946 se fueron a Tetuán, en Marruecos. Son los bisabuelos de mis nietos y sobrino-nietos.
Hasta aquí, este hilo también lo siguieron mi tía Luisa y mi tío Miguel.
Este pequeño recorrido nos muestra una relación de personas supervivientes, que vivieron en infinitamente peores condiciones que las que actualmente tenemos, y que supieron encontrar soluciones a las distintas situaciones y problemas que les fueron apareciendo a lo largo de sus vidas y superar momentos de flaqueza que seguro que les fueron apareciendo en distintos momentos de sus vidas, cuando las circunstancias les superaban.
Nos han dejado en nuestros genes sus competencias, habilidades y fortalezas, y han sido tantas las personas que han participado en nuestra génesis, que nosotros tenemos que escarbar un poco en nosotros mismos para activar los genes que más nos pueden beneficiar.
Continuamos este seguir dando vitalidad a la familia conmigo y mis hermanos y hermanas: Mari Carmen (1943) y Jose Miguel (1945-2015) nacieron en el Pardo, yo, Francisco Manuel (1954), que nací en Tetuán, siendo ese territorio Protectorado Español, y Juan Carlos (1956) y Luisa Fernanda (1959) que nacieron en Tetuán, ya siendo Marruecos, en África.
Ahora todos vivimos en esta península tan variopinta y espectacular. Formamos el clan de abuelos y tío abuelos de nuestra última generación (de momento).
A partir de aquí continuamos con 4 hebras de distinto color, pero con un tono más o menos parecido, una GRAN FAMILIA. La continuidad la darán las últimas 13 personas que han nacido, nuestros nietos/as y sobrino-nietos/as, nacidos en Sevilla y Jaén.

Toda esta información ha sido recogida por gentes de Fuencarral, que en la construcción de sus árboles genealógicos graban y entrelazan sus datos entre sí en la aplicación de la empresa MyHeritage, datos, que yo estoy recogiendo y que me permite ir componiendo nuestro árbol genealógico familiar. Aparte he aprendido a buscar información en los censos municipales, revistas, boletines nacionales o provinciales y en la enorme cantidad de documentos digitalizados y de dominio público que estoy encontrando.
Soy consciente de que es un trabajo sin fin que evidentemente nunca acabaré. por eso creo estas líneas familiares, faltan datos o puede haber datos erróneos que modificar, faltan trabajos, faltan contenidos, historias, profundizar en algunos/as personajes relevantes, descubrir detalles, organizaciones familiares curiosas. Pensar que cualquier persona en la línea horizontal de sus decabuelos se encuentra con 1024 ancestros, lo que significan 1024 líneas.
Esta es mi primera línea, iré construyendo una a una hasta donde me den las fuerzas. Espero que al dejarlo escrito, alguien, en algún momento, en algún lugar, continúe con esta tarea mayúscula. Es la mejor manera de aprender historia, es la historia de nuestra familia.


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