Pasoslargos

Caminando y descubriendo nuestro pasado tirando de hilos llenos de colores


Hace exactamente 100 años …

Hubo una boda en el Pardo.

Tal día como hoy, 8 de enero de 1925, en la Real Capilla de Nuestra Señora de la Concepción del por entonces conocido como Real Sitio de El Pardo, en Madrid, se casaron a las 3 de la tarde, Justo Montes Fernández con Luisa Merino Montero, mi tía abuela.

Justo era hijo de Luciano Montes y Manuela Fernández, era natural de Portillo, Toledo y tenía 24 años; Luisa era hija de Manuel Merino Díaz y de Elena Montero del Hoyo, había nacido en el Distrito de la Latina de Madrid, en la Plaza de la Cebada, 10, como su hermano Miguel, tenía 23 años. Ella era feligresa de esa parroquia.

Se casaron un jueves, el mismo día del cumpleaños de Luciano, padre de Justo. Vivían desde que se juntaron en la casa de la Plaza Constitución.

En el acto eclesiástico legitimaron una hija llamada María Soledad Montes Merino, que había nacido el sábado 3 de marzo de 1923.

Celebró la ceremonia el presbítero, abogado, licenciado en sagrada teología y primer teniente cura de la parroquia, Faustino Sánchez-Céspedes y Garrido (así se autopresenta en el libro de bodas parroquial). Fueron testigos de la boda Juan García y Donato Puertas.

En la boda estuvieron sus familias, por la parte de Justo lo desconozco, por Luisa estuvieron su madre Elena Montero, su hermano Miguel Merino, su cuñada Paula Gutiérrez, y supongo que una parte relevante del enorme bloque familiar de Fuencarral y del Real Sitio de El Pardo.

Sus padrinos, si es que en esa época se contemplaban, debieron ser por lógica, el padre de Justo, Luciano Montes y la madre de Luisa, Elena Montero.

La boda tuvo algunos espectadores muy especiales, una chiquillería muy particular, los 3 hijos de la Paula: mi tío Manolo, con 8 años, mi tía Luisa, con 5 y mi madre, Carmen, con 3. Luisa seguro que echó de menos la presencia de su padre, muerto años antes demasiado prematuramente. No tengo foto de la boda, pero creo que ésta era de Luisa Merino Montero, posiblemente sea anterior a la boda.

A lo largo de mi vida, no me relacioné mucho con mi tía abuela Luisa, ya que siempre estaba trabajando, pero ahora retomando la historia familiar, no puedo dejar de recordar a esta mujer tan fuerte y potente de mi familia.



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